martes, 7 de diciembre de 2010

Adios...my beloved friend.


Cuando me mude a Canada, obviamente lo primero que me encanto son esas pequeñas cosas que le hacen a uno la vida mas simple. No mas facil, pero si mas llevadera en algunos aspectos. Esas cositas del primer mundo que en nuestro pais de origen no podriamos disfrutar con tanta facilidad.

En mis primeros dias quede boquiabierta con algunos descubrimientos tecnologicos que por supuesto never in my life habia usado y a los cuales observaba como si fuera una paisanita del campo recien llegada a la gran ciudad. (Como aquel dia, mi primer viaje sola en colectivo en Buenos Aires, cuando me subi al 37 para ir a Ciudad Universitaria y muy inocentemente le extendi al conductor un billete de dos pesos con mi mejor sonrisa y le dije 'ochenta por favor' ....y el tipo me miro y me dijo 'es solo con monedas NENA...y en el 'nena' puso un acento particularmente despectivo y poco amistoso...)

La cuestion es que me llevo menos de una semana enamorarme profundamente del lavaplatos. Ese aparato magico que hace desaparecer la mugre con solo apretar un boton! Y nuestras manos agradecidas de no tener que lidiar con la esponjita de metal y el detergente que te las deja como papel de lija.

Todo sale brillante y listo para guardar en su lugar. Otra cosa que esta buena es que podes amontonar todo ahi adentro y no en la pileta, donde queda espantosamente a la vista, y una vez llenito, le das el ok y te deja todo divino otra vez.

Pero hace unas semanas, empezamos a notar que nuestro amigo sonaba diferente al hacer su increible tarea. Como indigestado vio? Como que se le estanco un fideo o un arroz en el tracto limpiatorio...

Y con los dias fue empeorando, una lenta y ruidosa agonia interna. Hasta que finalmente decidimos que lo mejor era no usarlo mas.

Tratamos de investigar las causas por nuestra cuenta, pero por afuera todo parecia en orden.
Y en este pais, donde lo que no sirve mas se tira la basura y se reemplaza por uno nuevo, encontrar un tecnico 'arreglatodo' de esos que abundan en nuestro pais, es como buscar una aguja en un pajar.

Y si le preguntas a alguien te miran como diciendo ... 'un que???'

...Como te extraño mi blanco amigo, me niego a dejarte en la calle!!!

Siempre te recordaremos, sobre todo despues de cocinar algo aceitoso o enharinado...


Con estas manos asperas y de uñas quebradas, te digo adios, y sigo teniendo la esperanza de que algun dia revivas y alegres mi cocina nuevamente.





No hay comentarios:

Publicar un comentario